Los alumnos del Centro Sopeña de Badajoz han compartido todos un mismo símbolo para comenzar la Cuaresma. Han realizado una reflexión del miércoles de ceniza.
«La ceniza nos recuerda así el trayecto de nuestra existencia: del polvo a la vida. Somos polvo, tierra, arcilla, pero si nos dejamos moldear por las manos de Dios, nos convertimos en una maravilla».